No te aferres a cualquier cosa… ¡aférrate a Dios!

Porque la tendencia,
a aferrarte a cualquier persona
o cosa que esté por ahí,
no implica garantía alguna de éxito.
Ten presente, que el éxito está,
en involucrar a Dios en tu vida;
y el fracaso, en pretender hacer las cosas
a tu manera y con tus propias fuerzas.

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