No amenaces si no vas a cumplir

Las amenazas pueden ser
una forma de advertencia,
que al no ser atendida,
se convierte en realidad.
Para que una amenaza, o mejor dicho,
una advertencia sea valida,
debe ser llevada a cabo;
de lo contrario, al no cumplirla,
no solo se pierde credibilidad,
sino también respeto.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *