La rabia, es la fuente de un veneno,
que empieza a roerme por dentro,
para luego destruirlo todo a su paso.
Por lo tanto, no es conveniente alimentarla
y mucho menos tenerla.
Es una palabra que contiene
una carga energética,
tremendamente fuerte
y negativamente poderosa;
al punto, de ser capaz de destruirme,
si no tomo las medidas del caso.
No sólo envenena, me roba la vida.