La mansedumbre,
es esa característica tan hermosa
que tienen algunos animalitos,
que como el buey o el asno,
se dejan guiar mansamente por su amo,
sin oponer resistencia alguna.
Esta especial condición
proviene de ese creer,
de ese confiar en la mano que guía
y que en compañía de la humildad,
nos podría ayudar a aceptar
las situaciones y los cambios
propios de la vida,
para poder fluir ante ellos
con mayor facilidad.
Desarrolla la mansedumbre,
porque en ella esta contenida
la convicción y seguridad absoluta,
en ese poder superior que nos cobija
y que permite que todo suceda
por una razón y con un propósito,
aunque no lo comprendamos
en el momento.
