Entre las emociones
más complicadas de manejar,
está la confusión,
precisamente porque causa
más y más confusión.
Lo ideal es aclararla,
con pequeños racionamientos,
que poco a poco nos ayuden a disiparla.
Empieza por preguntarte,
¿confundido?, ¿en que?, ¿por qué?,
y entre una y otra pregunta
que te formules,
estoy segura de que llegarás
a encontrar claridad.