La Trinidad está presente,
en todo proceso de creación.
Esta Trinidad está representada en Dios,
en mí, que soy su Hijo,
y en el Espíritu creador de Dios,
que se funde con el mío en uno solo,
para hacerme creador.
Así es, que si en todo instante puedo crear,
me dedicaré a crear cosas hermosas.