Tenlas presentes,
porque inconscientemente,
son una negación de la realidad,
o una falsa vulnerabilidad,
que te lleva a creer,
que debes cerrarte, para protegerte.
Observa la posición que adopta tu cuerpo
al estar con otras personas...
¿Cruzas los brazos, las manos,
las piernas, o la mente?
¡Ábrete, no temas!
Nada ni nadie puede afectarte,
a menos que tú lo permitas.