Delegar,
es un acto de confianza.

Cuando aceptas que alguien
puede hacer lo que tú haces,
le das a esa persona la oportunidad,
de demostrar que es capaz,
de responder a tu confianza.
A veces nos sentimos imprescindibles
en el trabajo y en el hogar;
y con nuestros hijos y pareja,
los duros del paseo
y que nos las sabemos todas,
cuando no es así.
Necesitar ayuda,
es normal y natural, aceptémosla;
delegar para que otros nos ayuden,
es una maravillosa forma,
de beneficiarnos todos.

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