Si estás desesperad@:
respira profundo
y suelta el aire con fuerza por la boca,
mientras dices mentalmente:
-“Calma, calma, conéctate con tu alma”.
Confía… en Dios, en ti y en el plan de cada cosa.
Yo siempre me pongo en las manos de Dios,
¿En qué mejores manos, podría estar?
Dibuja caminos abiertos.