¿Por qué… tan exigente?

Por qué te tratas tan duro,
te juzgas y condenas fácilmente;
pero qué difícil resulta perdonarte…
Recuerda, no eres tu enemigo,
¡haz las pases, vives contigo!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *